lunes, 7 de diciembre de 2020

EL GOZO Y LA ALEGRÍA EN EL TIEMPO DE ADVIENTO 1RO-3RO -5TO

 EL GOZO Y LA ALEGRÍA EN EL TIEMPO DE ADVIENTO

El ser humano es un ser lleno de experiencias, vivencias, emociones, deseos y motivaciones, todo esto entra en acción durante nuestra vida diaria y nuestra vida de fe, es más, durante el tiempo de adviento, pues como es sabido, no entonamos el canto del gloria como gozo y fiesta, pero si podemos vivir la alegría de la espera.

Como es posible eso?

El primer domingo fue el anuncio de la llega del mesías, y según la experiencia del pueblo de Israel, todos quedaban marcados por la incertidumbre, la preparación de saber que alguien viene pero que no sabían cómo será, ni que cosas nuevas atraería. Esta experiencia la hemos podido vivenciar durante esta pandemia, cuando se escuchaban los primeros casos, algunos reaccionaban con temor, con precaución, con ansiedad, queriendo desear que ojala no llegase aun, o no llegase por nuestras casas, a nuestras familias, por el daño que se anunciaba, pero en el caso del mesías la promesa era diferente, “los ciegos ven, los cojos andan”, algo novedoso pero también se decía que “bautizará con fuego”, en estas situaciones, el temor es natural, pero al ser algo avisado daba la oportunidad y las herramientas para prepararse, dentro de una ansiedad, tomamos las medidas,, eso vivimos en la primera semana de adviento.

En el segundo domingo de adviento se vive una angustia mayor, pero al mismo tiempo la firmeza de esperar aquello que se ofrece, por ejemplo en este tiempo de pandemia, cuando todo estaba muy crítico, estábamos en pleno ascenso o pico de la epidemia, las cifras nos alarmaban, y ya se empieza a hablar de una vacuna, de estudios, de laboratorios, de medios de solución, entonces entramos en una etapa de espera, “desando que llegue pronto”… esta reacción es ante algo malo que se avecina, pero para el pueblo de Israel, saber que viene el mesías, era algo bueno, y eso significaba libertad, justicia… entonces “todos están desando que llegue pronto” . Todo esto trae consigo un cambio en la vida, marcado por el temor, pero con esa esperanza que pronto terminará

En un tercer momento, la tercera semana de adviento, si lo comparamos con la pandemia, sería lo que estamos viviendo por ahora. Escuchamos que ya se está aplicando en algunos países, que tiene un alto índice de efectividad y garantiza mucho bienestar, entonces todos dejamos la ansiedad, dejamos esa espera atenta, y ya vemos una alegría, por fin ya está llegando y con esto, todo cambiará. Si revisamos nuestra experiencia,  y ustedes lo pueden ver, ya todos se sienten más liberados. Ya la alegría, la confianza y la calma se apodera, estamos en la etapa que no solo ya sabemos que está cerca, sino “que ya está muy cerca”, entonces ya hay tranquilidad y gozo, seguimos esperando porque aun no llega a nosotros pero sabemos que está muy cerca.  

En el adviento, vivimos estas mismas emociones y sensaciones, estas mismas experiencias, pero se debe diferenciar en algo de la vida cotidiana en algunas cosas que te quiero mostrar ahora.

Primero que ante la pandemia, nuestro cambio de actitud, significo un cambio forzado por factores externos, en el adviento, debe estar motivado por factores internos, al inicio de la pandemia todos se cuidaban pensando en sí, aunque al resto del mundo no le vaya tan bien, solo queríamos que no nos llegue el mal, luego asumimos que debemos cuidar a los demás para que a todos les vaya bien, y así nos va bien a nosotros también. Ese es el cambio que se pide y que nos debe motivar el adviento, me comprometo a cambiar y voy a cambiar no por mí, sino por el bien del otro, porque en la medida que busque el bien del prójimo, alcanzo el mío y esto me acerca más al amor

Segundo, ante la pandemia, asumimos conductas y cambios en su mayoría externos, uso de indumentarias e implementos para protegernos, pero que en la medida que fue llegando lo esperado (la vacuna), fuimos abandonando y retomando una vida como la anterior. 

En el adviento, nuestra conducta debe cambiar de manera más profunda, no esperando que llegue el momento de calma para volver a ser como éramos antes, sino buscando ser diferentes y nuevos, pues esta llegada nos debe dejar experiencias nuevas, novedosas y sobre todo transformadoras para el cuidado y el amor. Debemos asumir que nuestra vida solo tiene sentido cuando esta en conexión con los demás, y que por eso debo ser diferente, entonces yo voy a ser diferente por Amor a los demás.   

Tercero, ante la pandemia, estábamos esperando una solución, se nos ofrece una, y ponemos nuestra esperanza en esa solución, esperamos que eso que la solución que llega lo haga todo entonces descuido mi vida y vuelvo a la rutina, cosa que no debe ser, sino, que debemos seguir cuidando a los demás y cuidándonos nosotros. En el adviento, debemos tener una expectativa similar, dejar que el Señor que viene haga todo en mí, pero es necesario no perder de vista que nosotros somos los responsables de asumir un compromiso, dar testimonio que vivimos este adviento con fe, alegría y solidaridad, “comunicar por medio de nuestras acciones que Dios está en nosotros”… entonces siempre debo poner a los demás frente a mí y a mis decisiones para buscar y fomentar la paz

Al III domingo de Adviento, lo llamamos “de Gaudete” que quiere decir domingo de la Alegría, y es de la alegría, porque Dios está cada vez más cerca de nuestros ojos, de nuestra vida y en la medida que vivimos las experiencias de cada semana de adviento, nos damos cuenta que Dios está dentro de cada persona, así pues, “la alegría de este domingo nos hace comunicar a este Dios que habita en nosotros”. No podemos ser seguidores de Jesús teniendo la cara triste, amargados, aburrridos… Dios cuenta con nosotros para que seamos testigos de esa Luz, de llevar alegría en medio de las contradicciones de la vida, para despertar la esperanza, en medio del dolor, y comunicar el amor, y así romper con el egoísmo y el silencio, la alegría del cristiano es la alegría que no se apaga.

En esta semana de adviento asumimos el compromiso de ser Evangelios Vivos en medio de este mundo; Una alegría que debe llenar nuestras vidas porque se acerca un gran acontecimiento: Jesús nace, Jesús pisa la tierra para salvarnos, se acerca al hombre para que podamos estar cerca de Dios.

Que nuestra alegría en este domingo, sea un compromiso personal para con nosotros, estar siempre alegres, un compromiso para con nuestros familiares, comunicar y compartir la alegría, y un compromiso para con Dios, llevar su presencia a todos ,  para que todos vean nuestra vida correcta y en nuestros actos se refleje la dulzura del recién nacido.

ACTIVIDAD N° 1

EXTRAE DOS IDEAS PRINCIPALES DE CADA PÁRRAFO, 

ESCRIBE EN TU CUADERNO 

ILUSTRA CON ALGUNA IMAGEN QUE TE MOTIVE LA LECTURA

Y ENVÍAME LA EVIDENCIA

 

 



martes, 1 de diciembre de 2020

SAN JOSÉ CON SU VIDA CONSTRUYE UNA FAMILIA LLENA DE AMOR Y PAZ

 SAN JOSÉ CON SU VIDA CONSTRUYE UNA FAMILIA

LLENA DE AMOR Y PAZ

Hoy, el ser varón se pone en tela de juicio y se duda tan solo por el hecho de ser hombre. Pero tenemos un modelo de varón que debemos apreciar y seguir. No en vano San José es patrono de la Iglesia universal.

Dios Padre le encomendó la tarea de cuidado y protección de su amadísimo Hijo y de su Madre. 

Aquí presentamos algunas virtudes de San José

 1. un verdadero Padre

Hoy día la idea del padre es casi natural entenderla como un padre alejado de sus hijos. San José nos recuerda el verdadero sentido de la paternidad. La presencia del padre en la educación de los hijos es insustituible. San José con el niño en los brazos nos lo recuerda, un verdadero padre debe ser  amoroso y protector del cual los hijos puedan aprender y crecer seguros.


San José tuvo que proteger y sostener a María esperando al niño sin tener un techo donde pudiera nacer, tuvo que huir hacia Egipto, ser un extranjero en tierras desconocidas y ganarse el pan del día con el sudor de su frente.

 2. Un buen esposo

El amor y fidelidad de San José es un signo contundente y firme frente a la imagen de un varón infiel, lujurioso, egoísta e incluso violento, que es casi común en nuestros días.

San José pasó todas las pruebas que un esposo podría pasar: la duda frente a su propia esposa, el cuidado de un niño que no era de su sangre, la dificultad de un matrimonio casto. San José, era así como tú y como yo. Su virtud y fortaleza son grandiosas y es prueba viva de lo que un hombre que entrega su vida a Dios y al amor de su familia puede hacer por medio de su gracia.

 3. Varón al servicio de la familia

Relacionar masculinidad con  violenta hace que la fortaleza física no sea valorada como una virtud. Muchos niños crecen lejos de su padre y no pueden aprender y valorar lo que es la virilidad.

San José pone al servicio de su familia esta fortaleza física natural, una fortaleza que tiene como misión el proteger, el ayudar, el servir.

Conocemos a un San José siempre fuerte, nunca agresivo, firme pero no indiferente ni mucho menos insensible. Un hombre que demuestra seguridad y jamás arrogancia ni soberbia. Un padre que carga con todo el peso de su familia y es feliz haciéndolo.

 4. Un Varón del silencio.

El silencio de los varones es una característica bien conocida.

 Incluso las esposas pierden la paciencia por los silencios prolongados de los esposos. San José también era un hombre silencioso, se dice que era el santo del silencio.

San José en el silencio escuchaba la voz de Dios, no era un silencio indiferente ni estéril. San José escuchaba, meditaba en su corazón para poder tomar las mejores decisiones para su familia y para él mismo. 

 5. Un varón de trabajo

En aquella época si el varón de la casa no trabajaba la familia no subsistía. San José, carpintero de profesión, trabajó siempre por el sustento y la seguridad de su familia. Imagínense el camino que se habrá tenido que abrir en Egipto, sin familia, sin apoyo de conocidos, como extranjero, tal vez víctimas de prejuicio y discriminación, el trabajo de José era la única arma que tenían para subsistir.

De vuelta a Nazareth en su taller de carpintero siguió trabajando incansablemente, fue labor que heredó a su hijo para ayudar al sostén de su familia. San José es un gran ejemplo de tenacidad y trabajo arduo en todo momento por el bien de los que ama.

6. El valor del buen discernimiento

Las respuestas apresuradas y decisiones impulsivas sobre todo en época de crisis no son lo mejor. San José, incluso en una decisión tan dura como la de aceptar el embarazo de su prometida, decide repudiarla pero en secreto, meditando qué era lo que menos iba a perjudicarla, lo que menos escándalo iba a levantar. No lo hace apresuradamente, lo medita, lo «sueña», y en ese soñar escucha la voz de Dios a través de un ángel que sale al encuentro y lo aconseja.

El valor del un buen discernimiento tiene que ver con la prudencia, el silencio y la escucha a Dios. Este escuchar a Dios que se va afinando a medida que estrechamos nuestra relación con Él.

 7. Castidad y juventud

San José al momento de desposar a María debió haber tenido unos 18 o 20 años. San José en este sentido, asistido por la inmensa gracia de Dios nos enseña que el fundamento de la unión conyugal es la comunión de amor, ejemplo para todo matrimonio. La unión de esposos debe responder a esa comunión de amor, sin embargo la misión de María y José no estaba en relación a ellos mismos sino al mismo Jesús y a la iglesia Universal.


 8. San José es santo en la familia y lleva a la familia a la santidad.

San José nos enseña que la familia en un ámbito para crecer en santidad. La santidad de José sucedió dentro de la familia. Los esposos son guardianes mutuos de la santidad de la familia. Es ahí donde el amor crece, en entrega, donde nos olvidamos de nosotros mismos y nos entregamos por completo. 

Como nos decía el Papa Francisco: «por medio de ella se concreta la capacidad de darse, el compromiso recíproco y la apertura generosa a los demás, así como el servicio a la sociedad».

     San José hombre de  talentos, capacidades y habilidades puestas al servicio de su familia y de la vida de los demás. Llevo alegría y satisfacción a muchos, dio comodidad a las familias, y estuvo siempre buscando lo mejor para los demás, desde lo poco que podía tener… ahora nosotros hagamos eso que San José nos muestra. Alegremos a nuestras familias con las habilidades que Dios nos dio y construyamos un ambiente de fiesta y amor para  todos.