LA PAZ FRUTO
DE LA JUSTICIA Y LA CARIDAD
La
paz no es ausencia de guerra ni de violencia, tampoco la pasividad en todo,
pues se puede confundir que la paz se arropa con indiferentismos, aislamiento y
ensimismamiento, alejándome de los problemas, pero en realidad la paz es la
acción misma en medio de los problemas y conflictos la propuesta de la armonía
en medio de estos
Casi siempre
hemos entendido que la justicia es darle a cada quien lo que le corresponde. Pagar
con la misma medida o con la medida precisa a quien le se le debe, o es intentar
remediar algo sucedido en el pasado para compensar un cierto equilibrio con el
presente. Ese concepto de justicia lejos de la caridad puede provocar tanto
daño como una agresión misma. Por otro lado la caridad excesiva disfrazada de
“compasión” que se relaciona con olvidar, soportar y saber sobrellevar, como resignación
y carga, ya es en si una agresión. En este sentido no se podrá hablar de paz
Es
la virtud y anhelo natural que tiene el hombre de querer vivir la armonía, y el
bienestar con todos, es el deseo que se le tenga en cuenta y se le comprenda
respecto a sus acciones, decisiones e intensiones, y perder el miedo de vivir
en sociedad, pero justica, sin caridad, no es justicia. La Justicia, necesita
de la compasión, del perdón y del conocimiento de los hechos en su total
dimensión para poder dictaminar una sentencia, es decir, para ser justos hay
que ver las causas, las motivaciones, las situaciones particulares, tener
compasión, comprensión, tolerancia, tener capacidad de escucha, aceptación y
perdón.
QUE ES LA
CARIDAD?
En
nuestro lenguaje cotidiano cada que escuchamos caridad lo relacionamos con
ayuda, generosidad, desprendimiento, solidaridad. Pero entendida desde una
dimensión material., ¿será posible hablar de una caridad que sobre pase lo
material?
La
justicia es la posibilidad que se tiene de remediar el pasado, para mejorar el
futuro, y la caridad es la medida que nos servirá para otorgar la justicia y
velar por el bien común. Y para que exista la compasión, se necesita de la
acción, deseo y voluntad de quien lo solicita, pues solo se puede ser compasivo
con quien es humilde, reconoce su error y es compasivo. Eso nos enseña Jesús en
la cruz que tiene compasión de quien se lo pide, “Señor, acuérdate de mí cuando
estés en tu reino”… “hoy estarás conmigo en el paraíso”
PARA
CONSTRUIR LA PAZ
Para
construir la paz es preciso que desaparezcan primero el egoísmo, pues el
egoísmo nutre el orgullo, y es el orgullo el primer elemento para la ruptura de
las relaciones humanas y la que genera desigualdad entre los hermanos.
Cuando
damos fuerza, poder e importancia al egoísmo, surgen situaciones como la discordia
entre los hombres, la envidia, la ruptura de diálogos que son las que engendran
las guerras; que a su vez, se alimenta de resentimientos y reclamos de justicia,
entendiéndose justicia como la atención a las necesidades propias, sobre las
ajenas.
La
confrontación de egoísmos genera la violencia y nunca la violencia será capaz
de generar humildad y perdón, que son primordiales para la paz, solo si el ser
humano se alimenta de la justicia y de la caridad, del desprendimiento y de la
tolerancia, de la comprensión y del amor, será capaz de generar y construir paz
toda
injusticias provienen de la deseo de dominio, del desprecio a las personas, de
la envidia, de la desconfianza, del orgullo y demás pasiones egoístas.
La
paz es una necesidad para construir un ambiente diferente y una vida mejor,
pero la paz no se encuentra en el camino del día, sino que se construye con
esfuerzo de la práctica de la justicia y del amor, … es decir del
desprendimiento del egoísmo y de la indiferencia. La paz es, “no se puede
lograr si no se asegura el bien de la persona” el equilibrio con su entorno
natural, y el respeto y acercamiento con lo trascendente e infinito. La paz se
construye renunciando al egoísmo.
ACTIVIDAD:
elabora un mural, expresando acciones concretas por medio de las cuales podemos generar paz en medio de una situación como la que estamos viviendo
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