DIGNIDAD HUMANA Y SOLIDARIDAD
Entender estos dos principios en tan vital para la continuidad de la vida social y la paz entre todos, lo que se pretende no es defender unas posición de pensamiento en un sentido político, filosófico o similar, pues hay criterios humanos que pueden hacer que estos principios sean discutidos desde el ángulo que se quiera tomar, pero si utilizamos la recta razón, podremos aceptar como básico que toda persona tiene una dignidad, la misma que merece ser respetada y reconocida, solo así, podremos decir que gracias a la dignidad humana es posible el trascurrir de nuestro caminar social.
¿Pero en que descansa la dignidad humana?.
Todos somos dignos porque en nuestro origen natural pertenecemos a una determinada especie, y con las mismas características y condiciones, posibilidades y potencialidades de nuestros semejantes. En tal sentido se nos debe respetar en nuestra integridad, a este concepto, la Doctrina Social de la Iglesia le da un sentido de trascendencia al afirma, desde la revelación, que el hombre tiene la dignidad porque es creación y obra de Dios, y más aun es una creatura hecha a “imagen de Dios”, Dios lo creo a su imagen y semejanza, en tal sentido, cualquier tipo de acción contra el hombre, su vida y su integridad, es una acción contraria al amor de Dios, una negación de la fe y la rebelión del hombre contra Dios, la creación y la vida.
Es tan importante entender que por nuestra dignidad debemos y merecemos el respeto mutuo, y en este sentido se hace fuerte a nuestros oídos las palabras de Jesús. “lo que haces a uno de estos pequeños que son mis hermanos, a mi me lo haces”. Así pues se puede comprender que la mejor manera de respetar la dignidad y la integridad del prójimo es a través del amor, mientras que en el Antiguo Testamento se enseñaba “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan, … Jesús lo actualiza y pone el amor como regla fundamental “haz lo que quieres que hagan contigo”.
Solo así estaremos dando el sentido real de la dignidad humana, y todo lo que dejemos de hacer en favor de las personas es una agresión al amor, todo el bien que dejemos de hacer o el mal que hagamos de manera voluntaria y consientes nos será reclamado por Dios, así como lo hizo a Caín, escucharemos la misma pregunta “qué has hecho con tu hermano”, cada uno tendrá que responder desde su propia realidad y compromiso, cuanto bien o mal hizo y cuanto bien dejo de hacer.
Así pues, Dios nos ha puesto en una situación de privilegio durante este tiempo de pandemia, para que podamos hacer el bien a otros, y hacer el bien en favor de todos, tal es así que cuando nos cuidamos, cuidamos a los demás, el bien que hago no es solo por mi propio interés, sino sobre todo por el interés y bienestar de los demás, en este sentido, estamos llamados a ser agentes activos y comprometidos con el principio de la solidaridad.
Es el momento de hacer un cambio de mentalidad, pues hasta ahora se nos enseño que debemos pensar siempre en nosotros, en nuestro bienestar y nuestras ventajas, pero la realidad nos esta demostrando que esa mentalidad esta haciendo tanto daño que nos vamos poniendo en riesgo y exponemos a todos a ese mismo riesgo, incluso llevando a nuestros semejantes a situaciones dolorosas como la muerte.
Muestras de eso nos sobran, por ejemplo el especular productos de primera necesidad. Aumentar los precios en los medicamentos, el oxigeno y otros, nos hace pensar en conseguir mejores rentabilidades y ganancias como personas, pero descuidamos el lado vital y esencial, la subsistencia de nuestro entorno y el bienestar de los demás. Otro ejemplo es lo que vivimos a diario en nuestras casas, cuando no acudimos a ayudar en las cosas simples y cotidianas, como la limpieza de los servicio, los patios, la colaboración con el cuidado y mejora de la casa, pues si pensamos que no nos corresponde, o que ya hicimos lo suficiente o que los otros deben hacerlo porque estoy ocupado, etc. Hace que mi mirada este centrada en mi, olvidándome del dolor, preocupación y necesidad del prójimo y esto traerá consigo, tensiones, emociones encontradas y hasta maltratos entre nosotros.
Recordemos que una forma de atentar contra la dignidad de la persona humana y contra la solidaridad es el egoísmo, centrar la mirada en uno mismo, hace que perdamos de vista la realidad social a la que pertenecemos.
Seamos solidarios, valoremos a los demás, todo lo que hagamos, hagámoslo por amor a ellos, hagámoslo bien, y buscando el bienestar de los demás. Busquemos el bien de todos… así estaremos logrando construir una sociedad distinta, nueva y más humana. Los grandes cambios comienzan por cada uno, luego por nuestro entorno pequeño, nuestras familias, luego nuestros barrios y luego nuestra sociedad
ACTIVIDAD.
1.- INVESTIGA LAS DIFERENTES ACCIONES DE SOLIDARIDAD QUE HA PROMOVIDO LA IGLESIA PERUANA EN TODO EL PAIS FRENTE A LA PANDEMIA Y EN UN ORGANIZADOR GRÁFICO DESCRIBE SUS ACCIONES Y LOGROS ALCANZADOS.
2.- TE INVITO A HACER UNA CADENA DE ORACIÓN
Por las familias que han perdido algún ser querido, por las familias que se ven afectadas por el desempleo y la crisis económica, por los jóvenes y estudiantes que tienen que salir a buscar empleo para poder cubrir las necesidades de la casa, por la enfermedad de los padres y madres de familia, por los comerciantes que están expuestos a la enfermedad y al contagio entre los suyos, por el personal sanitario que ya se siente agotado y escaso, por cada uno de nosotros para que asumamos una actitud comprometida buscando el bien de todos con actos y gestos de caridad y respeto a través de la solidaridad.
EN GRUPOS DE 11
ESTUDIANTES, HACER UN VIDEO DEL REZO DE UNA DECENA DEL ROSARIO, DONDE EL 1RO, INVITE
A TODOS A LA ORACIÓN, INICIE CON LA SEÑAL DE LA CRUZ Y EL ANUNCIO DE UN
MISTERIO GLORIOSO DEL SANTO ROSARIO,
LUEGO DICE UNA INTENCIÓN POR LA QUE SE VAN A REZAR. EL SEGUNDO DICE UNA INTENCIÓN POR LA QUE QUIERE QUE SE RECE, Y REZA EL PADRE
NUESTRO, LUEGO DEL 3RO AL ULTIMO IGUALMENTE DICEN UNA INTENCIÓN POR LA QUE QUIEREN QUE SE RECE Y REZAN UN AVE MARÍA CADA UNO POR SEPARADO, EL SEGUNDO REZA EL ULTIMO
AVE MARÍA, Y EL PRIMERO REZA EL GLORIA, Y TERMINA CON LA SEÑAL DE LA CRUZ
TENGAMOS
EN CUENTA LAS NECESIDADES DE LOS DEMÁS Y PONGÁMOSLO EN MANOS DE DIOS Y DE ESA FORMA PRACTIQUEMOS EL PRINCIPIO DE
LA SOLIDARIDAD.
CUANDO NOS OCUPAMOS DE LAS NECESIDADES DE LOS DEMÁS, DIOS SE OCUPA POR NUESTRAS NECESIDADES, PERO CUANDO NOS OCUPAMOS POR NUESTRAS NECESIDADES, DIOS SE OCUPA DE LAS NECESIDADES DE LOS DEMÁS,
HAGAMOS EL BIEN A LOS DEMÁS, QUE HA DE SER EL BIEN NUESTRO. Y VEREMOS COMO DIOS HACE TODO PARA NUESTRO BIEN.
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