lunes, 24 de agosto de 2020

EL MARTIRIO EN LA IGLESIA (TERCERO 24/08/2020)

 

Un mártir (del griego «μάρτυς, -υρος», «testigo») es una persona que sufre persecución y muerte por defender una causa, generalmente religiosa, aunque también creencias o convicciones, con lo que da «testimonio» de su adhesión a ella.

 El Catecismo de la Iglesia Católica define el martirio como «el supremo testimonio de la verdad de la fe;  testimonio que llega hasta la muerte. El mártir da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la caridad. Da testimonio de la verdad de la fe y de la doctrina cristiana. Soporta la muerte mediante un acto de fortaleza. «Dejadme ser pasto de las fieras. Por ellas me será dado llegar a Dios» (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Romanos, 4, 1)»

 ¿Quiénes son los mártires? El Papa Francisco nos explica de manera sincera y sencilla que ellos «son cristianos ganados por Cristo, discípulos que han aprendido bien aquel amar hasta el extremo que llevó a Jesús a la cruz». «No existe el amor por entregas, el amor en porciones. El amor es total y cuando se ama, se ama hasta el extremo. Cristo nos adelanta en el amor. Los mártires lo han imitado en el amor hasta el final. Dicen los santos padres: «Imitemos a los mártires». Siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, de nuestro bienestar, de nuestra pereza, de nuestras tristezas, y abrirnos a Dios, a los demás, especialmente a los que más necesitan».


Finalmente el Papa nos exhorta a que «imploremos la intercesión de los mártires para ser cristianos concretos, cristianos con obras y no de palabras. Para no ser cristianos mediocres, cristianos barnizados de cristianismo, pero sin sustancia. Ellos no eran barnizados, eran cristianos hasta el final. Pidámosle su ayuda para mantener firme la Fe, aunque haya dificultades, y seamos así fermento de esperanza y artífices de hermandad y solidaridad». 

 

Una mirada sobre el martirio en América Latina

La realidad del martirio siempre ha estado presente en la vida de la Iglesia. Jesús fue asesinado por predicar el amor de Dios a su pueblo; Juan Bautista y Esteban, muertos por decir la verdad; los apóstoles, por enseñarnos el camino que lleva a sentirnos hermanos, hijos de un mismo Padre. Así hasta nuestros días

 El martirio. Un don: El martirio es un don de Dios que puede ser aceptado, pero no buscado.  “La muerte del mártir no es la muerte del kamikaze, (el que se mata por una causa heroica, política u otro…) El mártir, en cambio, la recibe pasivamente: lo único que hace es no apartarse del camino del amor”. “el mártir, es el testigo que da fe. Es decir, el mártir es generador de fe, es aquel cuyo testimonio es el más creíble” que cualquier conjunto de palabras bien dichas.

 Olvidar a los mártires: Se puede comprender que podamos olvidar a los mártires, pero olvidarse de uno que ha calado en nuestra historia y nuestra vida es,  desoír una enseñanza, cerrar los propios oídos o endurecer el corazón ante la evidencia de la verdad.

La vida de los mártires no siempre resulta atractiva, porque a veces cuestiona la manera en que pensamos, actuamos y/o vivimos. El caso de Jesús o de Esteban nos ubican en este momento. El mártir muere en la soledad social. Pero no se aparta del camino de Dios Jesús nos lo muestra ¨Padre en tus manos encomiendo mi espíritu. Y Esteban los repite Señor Jesús, acoge mi espíritu.

 El Mártir vive en el corazón de todos, aunque todos se ponen en su contra, sin embargo a todos ama y perdona, esto vemos cuando Jesús en el Gólgota dice, Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. lo replica Esteban, “Señor, no les tengas en cuenta este pecado”.

 Anuncio y denuncia: La realidad Latinoamericana muestra numerosos casos de hombres y mujeres que han sido capaces de entregar sus vidas, movidos por su fe y por su deseo de servir a las causas de los campesinos, indígenas, trabajadores, de los pobres.

En ellos tenemos que reconocer la unidad entre la fe vivida y su compromiso por la justicia que su fe les exige.

Desconocer u olvidar a un mártir es no comprender cuán lejos puede llegar el amor a Dios y a los hermanos.


cuando hayas terminado de leer comunícate con tu docente para la actividad de esta semana

1 comentario:

Unknown dijo...

Ya lo lei profesor