domingo, 9 de agosto de 2009

SIMEON Y JESUS (2-6)


Así como había hombres que esperaban un liberador político, también había personas piadosas que esperaban un mesías, al enviado de Dios.


Simeón era un hombre “justo y piadoso”, por esas dos cualidades Dios lo premia mostrándole a Jesús, el salvador.


Jesús se muestra tal como es, un niño, en manos de su madre, cumple con lo dictado por la ley, participa de las tradiciones y costumbres… sufre la discriminación, la persecución las injusticias, los peligros y amenazas propias de su entorno.

Sus padres son prudentes, obedecen la voluntad de Dios, son personas de oración, humildes, que confían en su Señor.

El ángel les muestra el camino y los momentos precisos para actuar.

Hasta que Jesús cumple la edad para participar del templo y el encuentro con los maestros y entendidos de los asuntos de Dios.

María y José respetan la tradición, enseñan a su hijo lo mismo, es mas, ellos conducen a Jesús al templo, a partir de esto Jesús da a conocer quien es Dios.

Jesús es ya adolescente, esta en la edad de buscar su propia independencia, sin embargo el texto concluye diciendo que “Volvió con sus padres a Nazaret, donde vivió obedeciéndoles,… y Jesús crecía en edad, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres.”

El crecimiento de Jesús en sabiduría y gracia se puede apreciar por todos, “delante de Dios y de los hombres”, Jesús siendo Dios nos da el mas claro ejemplo de respeto, humildad y obediencia a los padres.

¿Tu, como estas creciendo?

¿Los demás notan que eres, noble, sencillo, humilde, respetuoso?

¿Cual ha de ser tu actitud frente a las tradiciones de tus padres y de la sociedad?

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