EL GOZO Y LA ALEGRÍA EN EL TIEMPO DE ADVIENTO
El ser humano es un ser lleno de experiencias, vivencias, emociones, deseos y motivaciones, todo esto entra en acción durante nuestra vida diaria y nuestra vida de fe, es más, durante el tiempo de adviento, pues como es sabido, no entonamos el canto del gloria como gozo y fiesta, pero si podemos vivir la alegría de la espera.
Como es posible eso?
El primer domingo fue el anuncio de la llega
del mesías, y según la experiencia del pueblo de Israel, todos quedaban marcados
por la incertidumbre, la preparación de saber que alguien viene pero que no sabían
cómo será, ni que cosas nuevas atraería. Esta experiencia la hemos podido
vivenciar durante esta pandemia, cuando se escuchaban los primeros casos,
algunos reaccionaban con temor, con precaución, con ansiedad, queriendo desear
que ojala no llegase aun, o no llegase por nuestras casas, a nuestras familias,
por el daño que se anunciaba, pero en el caso del mesías la promesa era
diferente, “los ciegos ven, los cojos andan”, algo novedoso pero también se decía
que “bautizará con fuego”, en estas situaciones, el temor es natural, pero al
ser algo avisado daba la oportunidad y las herramientas para prepararse, dentro
de una ansiedad, tomamos las medidas,, eso vivimos en la primera semana de
adviento.
En el segundo domingo de adviento se vive una
angustia mayor, pero al mismo tiempo la firmeza de esperar aquello que se
ofrece, por ejemplo en este tiempo de pandemia, cuando todo estaba muy crítico,
estábamos en pleno ascenso o pico de la epidemia, las cifras nos alarmaban, y
ya se empieza a hablar de una vacuna, de estudios, de laboratorios, de medios
de solución, entonces entramos en una etapa de espera, “desando que llegue
pronto”… esta reacción es ante algo malo que se avecina, pero para el pueblo de
Israel, saber que viene el mesías, era algo bueno, y eso significaba libertad,
justicia… entonces “todos están desando que llegue pronto” . Todo esto trae
consigo un cambio en la vida, marcado por el temor, pero con esa esperanza que
pronto terminará
En un tercer momento, la tercera semana de
adviento, si lo comparamos con la pandemia, sería lo que estamos viviendo por
ahora. Escuchamos que ya se está aplicando en algunos países, que tiene un alto
índice de efectividad y garantiza mucho bienestar, entonces todos dejamos la
ansiedad, dejamos esa espera atenta, y ya vemos una alegría, por fin ya está
llegando y con esto, todo cambiará. Si revisamos nuestra experiencia, y ustedes lo pueden ver, ya todos se sienten más
liberados. Ya la alegría, la confianza y la calma se apodera, estamos en la
etapa que no solo ya sabemos que está cerca, sino “que ya está muy cerca”, entonces ya hay tranquilidad y gozo,
seguimos esperando porque aun no llega a nosotros pero sabemos que está muy
cerca.
En el adviento, vivimos estas mismas emociones
y sensaciones, estas mismas experiencias, pero se debe diferenciar en algo de
la vida cotidiana en algunas cosas que te quiero mostrar ahora.
Primero que ante la pandemia, nuestro cambio
de actitud, significo un cambio forzado por factores externos, en el adviento,
debe estar motivado por factores internos, al inicio de la pandemia todos se
cuidaban pensando en sí, aunque al resto del mundo no le vaya tan bien, solo queríamos
que no nos llegue el mal, luego asumimos que debemos cuidar a los demás para
que a todos les vaya bien, y así nos va bien a nosotros también. Ese es el
cambio que se pide y que nos debe motivar el adviento, me comprometo a cambiar
y voy a cambiar no por mí, sino por el bien del otro, porque en la medida que
busque el bien del prójimo, alcanzo el mío y esto me acerca más al amor
Segundo, ante la pandemia, asumimos conductas y cambios en su mayoría externos, uso de indumentarias e implementos para protegernos, pero que en la medida que fue llegando lo esperado (la vacuna), fuimos abandonando y retomando una vida como la anterior.
En el adviento,
nuestra conducta debe cambiar de manera más profunda, no esperando que llegue
el momento de calma para volver a ser como éramos antes, sino buscando ser
diferentes y nuevos, pues esta llegada nos debe dejar experiencias nuevas,
novedosas y sobre todo transformadoras para el cuidado y el amor. Debemos asumir que
nuestra vida solo tiene sentido cuando esta en conexión con los demás, y que
por eso debo ser diferente, entonces yo
voy a ser diferente por Amor a los demás.
Tercero, ante la pandemia, estábamos esperando
una solución, se nos ofrece una, y ponemos nuestra esperanza en esa solución,
esperamos que eso que la solución que llega lo haga todo entonces descuido mi
vida y vuelvo a la rutina, cosa que no debe ser, sino, que debemos seguir
cuidando a los demás y cuidándonos nosotros. En el adviento, debemos tener una
expectativa similar, dejar que el Señor que viene haga todo en mí, pero es
necesario no perder de vista que nosotros somos los responsables de asumir un
compromiso, dar testimonio que vivimos este adviento con fe, alegría y
solidaridad, “comunicar por medio de nuestras acciones que Dios está en
nosotros”… entonces siempre debo poner a los demás frente a mí y a mis
decisiones para buscar y fomentar la paz
Al III domingo de Adviento, lo llamamos “de Gaudete” que quiere decir domingo de la Alegría, y es de la alegría, porque Dios está cada vez más cerca de nuestros ojos, de nuestra vida y en la medida que vivimos las experiencias de cada semana de adviento, nos damos cuenta que Dios está dentro de cada persona, así pues, “la alegría de este domingo nos hace comunicar a este Dios que habita en nosotros”. No podemos ser seguidores de Jesús teniendo la cara triste, amargados, aburrridos… Dios cuenta con nosotros para que seamos testigos de esa Luz, de llevar alegría en medio de las contradicciones de la vida, para despertar la esperanza, en medio del dolor, y comunicar el amor, y así romper con el egoísmo y el silencio, la alegría del cristiano es la alegría que no se apaga.
En esta semana de adviento asumimos el compromiso de ser Evangelios Vivos en medio de este mundo; Una alegría que debe llenar nuestras vidas porque se acerca un gran acontecimiento: Jesús nace, Jesús pisa la tierra para salvarnos, se acerca al hombre para que podamos estar cerca de Dios.
Que nuestra alegría en este domingo, sea un compromiso personal para con nosotros, estar siempre alegres, un compromiso para con nuestros familiares, comunicar y compartir la alegría, y un compromiso para con Dios, llevar su presencia a todos , para que todos vean nuestra vida correcta y en nuestros actos se refleje la dulzura del recién nacido.
ACTIVIDAD N° 1
EXTRAE DOS IDEAS PRINCIPALES DE CADA PÁRRAFO,
ESCRIBE EN TU CUADERNO
ILUSTRA CON ALGUNA IMAGEN QUE TE MOTIVE LA LECTURA
Y ENVÍAME LA EVIDENCIA
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