LA DIGNIDAD DEL TRABAJO
La Historia de la humanidad nos muestra que la diferencia entre el ser humano y los animales irracionales, está no solo en la capacidad de pensar y razonar, sino a demás en la capacidad de transformar la realidad en la que vive, a través de sus actividades, este proceso de transformación ha sido conceptualizado como trabajo o como proceso productivo.
Ciertamente esta función y actividad ha sido visto desde diferentes ópticas, desde el sector netamente productivo, (el obrero) desde el inversionista, desde el agente distributivo… etc. Todos los responsables y agentes activos y participativos de esta actividad están de acuerdo que el trabajo y esta actividad es fundamental e importante, incluso vital dentro del desarrollo y proceso de vida del ser humano, puesto que mas allá de los réditos económicos que pueda producir, todos dependemos de los demás agentes productivos para poder mantenernos vivos y vivir dignamente.
Sin embargo han pasado los años y el trabajo se ha diferenciado y por ende se ha otorgado valoraciones a cada forma de trabajar, ya en tiempo de los filósofos de Grecia se asumía que el comercio era una actividad importante, (nec-ocio = no ocio) fuera que el ser filosofo era muy digno y elevado por el nivel cultural, sin embargo, era visto como una actividad ociosa, pero por demás rentable, tal era el caso de los sofistas que por su elocuencia tenían discípulos que le otorgaban ganancias.
Se ha visto el trabajo como una actividad intelectual y como una actividad operativa, y a través de los años, se ha marcado diferencia entre ambos, al punto de considerar que quien tiene la capacidad económica e intelectual está por encima del obrero, y por ende en la capacidad de exigir productividad y eficiencia perdiendo inclusive la visión humana y dignificante del trabajo mismo, por ello el hombre ha tomado posiciones limites de protestas hasta una lucha frontal contra el abuso y el atropello a su dignidad.
Ante situaciones de este tipo la Iglesia ha tomado posiciones a favor de los más débiles y en defensa de la dignidad humana. Ya desde 1891 el Papa León XIII en la encíclica Rerum Novarum, La revolución industrial planteo a la iglesia un gran desafío, al que el magisterio de la Iglesia respondió con fuerza profética en defensa de la dignidad de los trabajadores y sus derechos, la encíclica laborem exercens enriquece la visión personalista del trabajo, y la doctrina social de la Iglesia levanta su voz de reclamo exigiendo un trato y un salario digno al trabajador,. La Rerum Novarum es una defensa a la inalienable dignidad del trabajador, unido a esto el derecho a la propiedad, el principio de ayuda y colaboración entre las clases, de las obligaciones de los trabajadores y de los patrones y por ende el derecho de asociación en defensa de sus derechos.
El trabajo no es un “opus servile”, obra de servicio o servidumbre sino un “opus humanum” una obra humana y humanizante que honra al hombre y a su naturaleza e imagen de Dios, es por esta razón y por razones propiamente humanas y cristianas, siguiendo el ejemplo y la enseñanza de Cristo, que la iglesia levanta su voz, reclamando entre los derechos y deberes los trabajadores el cumplimiento de los valores fundamentales como la libertad, la justicia, y la verdad; libertad para elegir su trabajo, respetar y ser respetado en su horario, libertad para poder disponer del tiempo libre. Justicia en su trato con los demás agentes y personas del medio laboral, justicia en el reconocimiento a su esfuerzo y su justo salario, justicia en el cumplimiento de su deber, de trabajar a conciencia y responsablemente. Verdad en saber las situaciones y especificaciones propias de su trabajo condiciones y funciones.
El trabajo dignifica al hombre por que lo asemeja a su Creador, le da una misión en medio del mundo, por medio del cual buscar su bienestar y el bienestar de los suyos, a través del trabajo reconoce su limitación, su interdependencia y su necesidad de descanso, asume y despierta su conciencia solidaria y caritativa, generosa y desprendida, reconoce que lo único eternamente valioso es Dios y que todos los medios materiales obtenidos son perecederos y están al servicio de su propia dignidad y en servicio de su prójimo.
Con tus palabras explica ¿porque la Iglesia se pronuncia en favor del derecho al trabajo y en defensa del trabajador?
Elabora un cuadro sinóptico o un organizador grafico del tema, puedes recurrir a las siguientes enlaces que te ayudaran a reforzar lo aprendido.
http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/721/2230/articulo.php?id=12929
http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/721/2230/articulo.php?id=26898
http://www.docstoc.com/docs/114772374/CAP-VI-El-Trabajo-humano#
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