Jesús cuando predicaba, lo hacia a la gente común de su tiempo, y muchos de ellos crean, se convertían y se bautizaban, muchos siguieron a Jesús, estos son los laicos y desde los primeros tiempos de la Iglesia la presencia de los laicos ha sido vital, pues muchos mártires en tiempos de las persecuciones, son laicos, inclusive niños se martirizaron como es el caso de San Tarsicio, un joven que se martirizó por llevar la eucaristía, como vemos los laicos siempre fueron vitales dentro de la vida de la iglesia, es el tiempo y los peligros de la interpretación teológica lo que hace que los laicos se vean poco a poco relegados en el tiempo y a una acción puramente espectadora, pero son los laicos los que han transformado la Iglesia, muchos de los SANTOS que veneramos en los altares de nuestros templos, dieron su paso a la santidad siendo laicos, en diferentes momentos, circunstancias y edades, pero fueron generalmente laicos, luego consagraron sus vidas de manera radical y formaron ordenes religiosas…
Ser laico hoy es tan difícil como en aquellos tiempos, pues, si antes había que dar la vida o estar dispuesto a morir por amor a Cristo, hoy hay que estarlo también pero respondiendo a las necesidades de nuestro tiempo, estando muy bien preparados para dar testimonio con nuestra vida y sabiendo defender nuestra fe, buscando la armonía, defendiendo la verdad, promoviendo la justicia y llevando la paz. Es por ellos que aparecida enfatiza
Para cumplir su misión con responsabilidad personal, los laicos necesitan una sólida formación doctrinal, pastoral, espiritual y un adecuado acompañamiento para dar testimonio de Cristo y de los valores del Reino en el ámbito de la vida social, económica, política y cultural.
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